El 6 de septiembre en los majestuosos salones de la Embajada de Chile en París, cientos de ojos se centraban en las delicadas y femeninas piezas que desfilaban frente a ellos.
El diseñador nacional Iván Grubessich celebró sus 30 años de trayectoria en la alta costura junto a clientas, amigos, prensa y miembros de algunas de las casas de moda más emblemáticas de la ciudad de la luz.
Aunque nació en Chile, sus comienzos en el rubro del diseño los desarrolló al trasladarse a la cuna de la moda, París. Allí aprendió todo lo que sabe: sentir y ver la moda, además de desarrollar las técnicas artesanales que hacen a una pieza digna de Haute Couture.
Viviendo en Francia tuvo la gran oportunidad de trabajar codo a codo con grandes nombres de la industria como Azzedine Alaïa e Yves Saint Laurent, y dibujó bocetos para firmas como Emanuel Ungaro y Kenzo, experiencias de las que obtuvo confianza y conocimientos para crear el estilo que hoy lo caracteriza.
Para festejar su trayectoria en la moda, creó una colección llamada Ojo, una mirada particular que incluye 35 piezas artísticas tanto nuevas como clásicas, y que él mismo dice, le sirvió para cerrar una etapa de su vida. El proceso de diseño y confección fue una verdadera catarsis de vivencias y emociones, y de enfrentarse a lo vivido en estos 30 años.
La colección rinde homenaje a sus grandes maestros, incorporando el color, la materia, el lujo y el chic francés de Yves Saint Laurent, y Alaïa, el movimiento, las formas, la silueta de la mujer, su caminar, el calce y la perfección en su desarrollo. Los vestidos que presentó incorporaron transparencias, brillos, vuelos y una gran variedad de colores y diseños.
Aún mantiene un vínculo muy cercano con su país natal. Además de homenajear a Violeta Parra, y a Chile, sus lugares, elementos y artistas, con su desfile donará el 5% de los auspicios obtenidos a la Fundación Superación de la Pobreza, la que trabaja junto a familias y comunidades vulnerables en nuestro país.
¿Qué quisiste expresar con esta colección llamada Ojo?
Mi propia mirada del tiempo en la moda, mi mundo con mis recuerdos y experiencias, mi forma de trabajar y hacer la moda. Ojo es mi ojo a través de 30 años de costura.
¿Por qué la llamaste así?
Tiene el símbolo del ojo de Horus como protección, sentía que había que protegerla, que el camino no sería fácil y era una forma de confiar en poder lograrla llevar a su fin.
¿Qué ha sido lo más gratificante en estas tres décadas de carrera?
De los 30 años, mi paso por el mundo de YSL, mis años junto a Alaïa, mi vida profesional en París. También el 6 de septiembre de 2017 y saber de mujeres, clientes y familias chilenas maravillosas que permitieron realizar la colección Ojo en París.
Trabajaste junto a grandes diseñadores en París, ¿qué fue lo más importante que aprendiste junto a ellos?
La perfección, la maestría, un gran oficio, la belleza, el saber mirar, el entender la moda, la pasión por la costura, comprender el lenguaje de la moda, el amor por París.
Tu colección rinde tributo a Violeta Parra, ¿por qué y cómo la homenajeas?
Había que mirar a Chile como punto de reconciliación y descubrir a Violeta Parra. Sentí mucho en común, un dolor, un castigo
Los alumnos de la carrera de Diseño de vestuario de Alta Costura del Instituto John F. Kennedy participaron en la confección de este vestido para la colección Ojo.
y eso me atrajo, hay un mismo sentir y sus arpilleras son una obra magnífica en todo su lenguaje y color.
¿Qué otros elementos vemos en Ojo que hagan referencia a Chile?
Hay varios como Valparaíso, el lapislázuli, el cobre, el salitre, el pueblo mapuche, la flora y fauna. La colección no está cerrada aún. Tiene un año completo de desarrollo pero todavía no ha terminado, seguro van a ir surgiendo otras ideas.
Incorporaste técnicas y estilos de 13 artistas, ¿quiénes son y qué técnicas?
Los describo a ellos, no me gustaría dejar a ninguno fuera. El sol bordado de Claudia Aliaga Sánchez es una joya digna de la mejor casa de alta costura de París; Carlo Mosso y sus figuras y colores lúdicos; Soledad Erenchun en su magnífico telar desafiando a Dior; Angela Pelizzola con el pintado del pueblo mapuche y quizás con una de las piezas más exitosas, el lapislázuli; Elena Larrabure la española residente en México con toda la fuerza de una torera magnífica; Carola Atenas Marchan dio el color y textura a los grabados de Ivo Grubessich sobre Valparaíso; Carolina Paz Gallardo y su cultura diaguita en la Haute Couture; Israel Camus desafiando los estilos; Claudio Jarpa Leal magistral en su proceso; Anna Pelizzola un lujo italiano; Nicolás Campano Cruz con su perfección insuperable; Bad sisters con una escena de la flora y fauna de Chile y finalmente el Instituto John F. Ken- nedy, que junto a un grupo de alumnos desarrollaron un magnífico vestido rojo al mejor nivel de París.
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Josue Gonzalez Ruiz
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