Día a día, nuestra piel está expuesta a varios factores externos que pueden afectarla, pero en el afán de cuidarla, muchas veces tenemos hábitos erróneos o usamos productos que pueden dañarla más. Te enlistamos unos cuantos que han analizado algunos dermatólogos…
1. ¿Natural es mejor?
Muchos asumimos que los productos naturales siempre serán una mejor opción para la piel, pero no siempre es el caso. Hay algunos que pueden causar irritación o alergia. Por ejemplo, el aceite de coco es muy bueno para hidratar los brazos y las piernas, pero aplicarlo en el rostro no es tan bueno cuando se es propenso a tener acné, ya que puede tapar los poros y empeorar la condición.
Por otro lado, los aceites esenciales, utilizados solos o mezclados con otros productos, pueden causar reacciones alérgicas
2. Autotratarse los problemas de piel
Cuando nos sucede algo, es común abrir nuestro botiquín y asumir de que algo de lo que tenemos ahí nos puede funcionar. Lo ideal es primero saber con exactitud el padecimiento para usar la medicina correcta, y, en caso de que persista, lo mejor es hacer cita con el dermatólogo.
3. Los productos para bebé son mejores para la piel sensible…
Los productos para bebé son mejores para la piel sensible…Si lo has creído toda tu vida estás en lo incorrecto, ya que muchos de esos productos contienen fragancias, las cuales puede causar irritación y alergias.
4. Los productos hipoalergénicos son mejores para la piel sensible
Tampoco siempre es la realidad, ya que no existe una verdadera razón para creer ciegamente en las etiquetas que afirman que algo es hipoalergénico, y la misma FDA (“Food Drug Administration) lo confirma.
Se recomienda leer la etiqueta del producto que necesites adquirir y fijarte en los ingredientes que lo componen y estés seguro de que no seas alérgico a alguno de ellos.
5. Tomar el sol con frecuencia para obtener vitamina D
Si bien es cierto que los cálidos rayos solares proveen a la piel de esta necesaria vitamina, exponernos en grandes cantidades puede provocar cáncer de piel; por eso se aconseja que éste no sea nuestra fuente principal de vitamina D, la cual se puede obtener de los alimentos o suplementos orales.
6. Tratar de eliminar el acné… tú
Antes que nada debes saber que éste no se produce simplemente porque el rostro está sucio, así que evita lavarlo en exceso, frotarlo o exfoliar las manchas de acné, ya que puede resultar contraproducente.
Cada padecimiento es diferente, así que acude al dermatólogo para que te aplique el tratamiento que necesitas.
7. Apretar los granitos
Aunque te dé mucha ansiedad, ¡no lo hagas! Pellizcar la piel puede provocar infecciones desagradables y peligrosas. Si tienes algún barro o espinilla que en realidad te molesta, acude con un dermatólogo o clínica en cuidado de la piel para que te ayuden a deshacerte de él de una forma menos invasiva y que reduzca el riesgo de alguna infección o inflamación.
8. No cambiar la funda de tu almohada
Si no tienes el hábito de cambiarla y lavarla con frecuencia, ésta puede acumular una gran cantidad de productos para el cabello y piel muerta, lo cual es un nido de bacterias, y esto conlleva a que se obstruyan los poros. ¡Así que no dejes pasar los días!
9. Exfoliar muy fuerte y con mucha frecuencia
Remover el maquillaje, la suciedad ambiental y la piel muerta es bueno, pero como todo, hacerlo en exceso es malo, ya que puede causar resequedad e irritación, lo que provoca que el cuerpo tenga la necesidad de producir más grasa. Lo recomendable es hacer uso del exfoliante solamente una o dos veces por semana. Por otro lado, estos productos no necesariamente tienen que sentirse ásperos contra la piel para hacer su trabajo. Trata tu piel suavemente, te lo agradecerá. Puedes probar los exfoliantes químicos, como el ácido glicólico o salicílico, que eliminan las células muertas de la piel sin restregarla en absoluto.
10. Las duchas calientes
Sí, a veces son una delicia, pero el agua caliente despoja a tu cuerpo de sus aceites naturales. Procura que tus baños sean con agua tibia y, si tiendes a tener la piel reseca, opta por una crema humectante para aplicar después del baño.
11. Toallitas desmquillantes
Los dermatólogos aconsejan no hacer uso frecuente de éstas, ya que son una fuente potencial de alergenos. Lo mejor es retirar el maquillaje con un face wash suave.
12. Dormir con maquillaje
Sí, te lo hemos dicho cientos de veces… Irte a la cama sin desmaquillar tapa los poros, además de que arrastras del día una mezcla de sudor, grasa y suciedad ambiental. Así que aunque te caigas de sueño, procura dormir con el rostro limpio.
13. Usar muchos productos o demasiado de ellos
Cuando se trata de usar nuevos productos para la piel, menos es más. Si vas a probar algo diferente a lo que acostumbras, trata de hacerlo de uno en uno, de esta forma darás al cuerpo la oportunidad de ver cómo funciona antes de agregar demasiadas cosas a la vez.
Esa misma regla también se aplica a la cantidad de producto que se usa. Un pequeño grano no requiere un dedo completo lleno de medicamentos tópicos para el acné.
14. Depender 100% del protector solar
Depender del protector solarLa protección solar sola no siempre es suficiente… Usar bloqueador podría ser contraproducente si lo utilizas como justificación para pasar más tiempo bajo el sol. De hecho, algunas investigaciones muestran que las personas que solamente usaron bloqueador, en realidad no tuvieron menos quemaduras solares. Se cree erróneamente que solo llevar este producto puedes sentarte al sol todo el día, pero no es así; lo recomendable es evitar las horas pico de sol entre las 10 a.m. y las 2 p.m., encontrar la sombra y usar un sombrero y ropa adecuados cuando sea posible para proteger la piel. Si optas por usar protector solar solo, asegúrate de volver a aplicarlo cada dos horas y después de nadar, secarse con una toalla o sudar excesivamente.
Por: Vanidades.com
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Josue Gonzalez Ruiz
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