Los seres venidos del espacio nos han dado grandes momentos. Recordemos War of the Worlds, historia con la que Orson Welles aterrorizó a miles de estadounidenses a través de la radio, en 1938. Aquel programa sesentero llamado The Invaders, en el que a los intrusos los delataba su incapacidad de doblar el dedo meñique. Las inolvidables E.T. y Close Encounters of the Third Kind. Los icónicos The X-Files, el entrañable Alf y hoy en día, la exitosa serie situada en los años ochenta, Stranger Things.
Los visitantes de las galaxias poseen un carisma especial que nos atemoriza, intriga y, de manera irremediable, nos atrapa. Sobre todo, cuando escapan de las pantallas y de alguna manera, acaban instalados en la imaginación popular, desatando toda una mitología a su alrededor. Tal es el caso de los “reptilianos”. Estos escamosos personajes son los protagonistas de una de las teorías conspirativas más populares de los últimos tiempos. Entre otras cosas, se afirma que lo más selecto de la realeza hollywoodense y algunos otros famosos, pertenecen a esta raza de humanoides.
Huir de la realidad
La locura arrancó en 1993 con David Icke, quien decidió que era hora de revelar “la verdad” en su libro El secreto más grande. El autor afirmaba que el mundo estaba manejado por una élite, producto del apareamiento entre miembros de las clases gobernantes humanos y una raza alienígena de reptiles mutantes que habría llegado a la Tierra en busca
de recursos, hace 300.000 años.
Se supone que desde entonces, los reptilianos están infiltrados entre nosotros y no nos damos cuenta porque son capaces de cambiar de apariencia humana, aunque hay rasgos que los delatan. Con el fin de mantener pura su genética e intactos su creciente poder económico e influencia política, se mezclan solo entre sí. En opinión de Icke, los Rockefeller, los Rothschild y hasta los Windsor (sí, nuestra querida reina Isabel II), pertenecen a este linaje. No obstante, aun sin aportar una sola prueba, el libro fue un best seller. ¿Por qué? Los psicólogos sociales creen que en los años ochenta y noventa, el mundo comenzaba a experimentar cambios profundos, y frente a la necesidad de evadir la incertidumbre, las personas se refugiaron en el pensamiento mágico. Las ideas sobre la presencia extraterrestre generadas por los libros de Erich von Däniken (Recuerdos del futuro) y J. J. Benítez (Caballo de Troya), entre otros, así como la naciente cultura del miedo, tan atractiva para el hombre moderno que requiere conectar con sus emociones a cualquier precio, fueron el terreno ideal para incubar esta teoría.
Cambio de piel
Pero sería en Hollywood donde se consolidaría el concepto y la imagen de los reptilianos. Quienes se decantan por ellos, señalan a ciertas películas como clave para entender lo que pasa en la realidad, disfrazada de ficción, pero con la intención de lanzar la alerta: They Live (1988) de John Carpenter y The Arrival (1996), protagonizada por Charlie Sheen, son cintas de culto para los conspiranoicos. Aunque sin lugar a dudas, fue el show televisivo V Invasión extraterrestre (1983), lo que posicionó el tema.
El remake que se hizo hace unos años no se compara con el éxito que tuvo la primera versión de V. En ella, un grupo de alienígenas de aspecto humano, con la atractiva Diana (Jane Badler) a la cabeza, llega a la Tierra, aparentemente en son de paz, para proponer un intercambio de nuestros recursos versus su tecnología. Sin embargo, el periodista Mike Donovan (Marc Singer) se cuela a la nave nodriza y descubre que los visitantes en realidad son reptiles que planean robar toda el agua del planeta y, de paso, cosechar humanos para alimentarse.
La secuencia en la que Diana se despoja de su piel de látex, revelando que es un horroroso lagarto, es emblemática para la historia de la televisión. La audiencia ya había sido preparada con una escena previa, en la que la comandante suprema engullía una cobaya, pero ello no impidió que multitudes se quedaran impactadas por la transformación. Desde entonces, la imagen de reptiles humanoides se instaló en el inconsciente colectivo, y los rumores de que Kenneth Johnson, guionista y director del programa, había echado mano de algo más que su imaginación para crear el guión, no se hicieron esperar.
Búsqueda incansable
Los reptilianos han sido relacionados con otra supuesta raza extraterrestre, llamada los Anunnaki. En otras ocasiones, aparecen como aliados de los Illuminati. Hay quienes los pintan queriendo ayudar a la humanidad para instaurar un nuevo orden de paz y armonía, aunque no faltan quienes los acusan de ser unos malvados que buscan aniquilar a los humanos y quedarsecon el planeta.
El caso es que con los años, el mito ha tenido altas y bajas, pero nunca se ha ido. De hecho, de un tiempo para acá ha tenido un repunte al grado de que ni siquiera el expapa Benedicto XVI se ha salvado de las sospechas de los conspiranoicos, quienes dedicados a buscar con lupa cualquier señal delatora, han puesto en su mira a los personajes más destacados e influyentes.
En la lista están los Bush, Bárbara incluida. Y también los Obama, Barack y Michelle. De ellos hay imágenes y videos publicados en todos lados. Respecto a la familia Bush, existen grabaciones en las que sus pupilas parecieran alargarse como las de los ofidios.
De los Obama circulan fotografías que los muestran con una especie de placa gruesa y rugosa, semejante a una piel escamosa bajo su frente; de la exprimera dama, también hay tomas en las que, entre sus pantalones, se deja ver un misterioso apéndice a manera de cola.
Asimismo, tenemos material mucho más apetitoso para investigar, que las clases gobernantes. En el mundo de la farándula es donde se han hallado las “evidencias” más jugosas. Después de todo, nuestros personajes tienen la facultad de elegir su disfraz y qué mejor que optar por una apariencia muy atractiva… por aquello de buscar el equilibrio.
Espejos del alma
A Angelina Jolie le han dicho de todo, pero ¿reptiliana? Pues sí, también. Luego de que en una foto en la que el viento le volara el cabello y apareciera atrás de su oreja una especie de gruesa protuberancia acanalada, las sospechas recayeron sobre ella. Y además, en muchas ocasiones se ha podido ver su frente con un aspecto semejante a la de Michelle Obama. Lo mismo le ocurrió a Beyoncé, a quien durante un concierto se le captó una marca similar sobre la sien derecha.
Otra con aparentes escamas en el cuerpo es Rihanna. De entrada, llama mucho la atención su gusto por todo lo que tenga que ver con animales de sangre fría o la caracterización del híbrido entre mujer y cocodrilo que hizo para el video musical MoonQuake Lake. Pero además, y así como a la exseñora Pitt, se le ha visto una curiosa dilatación de pupila a la hora de parpadear.
Hay más estrellas en las que se ha observado el mismo fenómeno en los ojos: Lady Gaga, Shakira, Nicki Minaj y Miley Cyrus. En tanto que Britney Spears, de quien además se cuenta que hubo una escena de su video Baby One More Time, la cual tuvo que ser eliminada, puesto mostraba con gran claridad que la cantante posee una lengua bífida. Al igual que ella, a James Cameron se le acusa de reptiliano no solo por sus pupilas, sino por su marcada inclinación a filmar cuestiones relacionadas con seres híbridos venidos de otra dimensión.
En fin. Pese a que las explicaciones en torno a las ilusiones ópticas, los efectos de las luces y las perspectivas, pudieran ser más que satisfactorias para poner fin a todo lo anterior, los conspiranoicos prefieren pensar y creer que, en definitiva, hay intrusos alienígenas entre nosotros y están decididos a desenmascararlos a toda costa. Y la verdad, en un mundo complicado y cada vez más complejo, un poco de diversión venida de colas y escamas nunca está de más.
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Josue Gonzalez Ruiz
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