Fue un día ligeramente soleado aunque con amenaza de lluvia. La localidad de Englefield, ubicada en el condado de Berkshire, a las afueras de Londres, atrajo la atención de los lugareños y de todos los seguidores de la familia real, quienes viajaron desde diferentes puntos del Reino Unido para ver a Pippa Middleton y a los duques de Cambridge.
A Pippa se le vio radiante con un espectacular y sofisticado vestido color marfil diseñado por el británico Giles Deacon, realizado en encaje con un ligero escote en la espalda y entallado en la cintura, lo cual daba la sensación de ser una pieza entera sin costuras, que ella bien acompañó con un velo en tul, una tiara y unos zapatos de seda del español Manolo Blahnik.
El vestido llevaba debajo varias faltas superpuestas organdí para dar un movimiento de barrido del sueño al andar. El diseñador declaró que para él fue un verdadero privilegio haber mostrado el trabajo que hace su equipo; lo que demostraría el “apoyo de Pippa a la moda británica”.
La novia del año llegó al templo, muy sonriente, en un coche descapotable acompañada de su padre, Michael Middleton, mientras la esperaban los hijos de los duques de Cambridge, el travieso príncipe George, quien con solo 4 años actúo de paje, y la bella princesa Charlotte, la dama de honor más pequeña con 2 años.
Los niños, vestidos en tonalidades dorado y marfil, acapararon la atención de los invitados. Y fue la misma duquesa de Cambridge -quien llevaba un vestido en tonos rosados- la encargada de que ellos siguieran todas las instrucciones.
El príncipe Enrique, nieto de la reina Isabel II, el tenista Roger Federer con su esposa Mirka, amigos de la familia e integrantes de la realeza británica fueron solo algunas de las celebridades que se dejaron ver en el día más importante de Pippa. Aunque los grandes ausentes de la celebración fueron el príncipe Carlos y su esposa Camilla.
A pesar de que todos estaban expectantes de saber con quién iría el príncipe Harry a la ceremonia, finalmente se le vió entrar en compañía de su hermano Guillermo. Y no con su novia, la actriz Meghan Markle, quién no fue vista entre los invitados del evento.
Una vez finalizado el enlace, los recién casados en compañía de los asistentes, acudieron a una recepción realizada en una marquesina montada en los jardines de la casa de los padres de Pippa, en la cercana localidad de Bucklebury.
Recordemos que la novia se convirtió en una celebridad luego de la boda de su hermana, la duquesa de Cambridge, con el príncipe Guillermo, en abril de 2011. Desde ese momento comenzó a aparecer en revistas y diarios cada vez que asistía a un evento social.
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Josue Gonzalez Ruiz
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