El escenario donde ocurre todo es nada menos que un motel. El dueño es un hombre que lo compró con el fin de satisfacer su voyerismo y es ahí donde enganchamos todos porque, quien más quien menos, algo de eso tenemos.
Su interés en esa tarea de observar era tal que puso en cada pieza unas cámaras con las que por años pudo dar rienda suelta a su “gran interés por la gente” y llevar registro de las conductas sexuales de sus visitantes. Nunca nadie lo supo hasta que un día decidió compartir la experiencia a través de unas cartas.
Esa es la trama de este libro. No puedo negar que me parece llamativa, pero más interesante me parece el hecho de que el autor, Gay Talese (uno de los padres del llamado nuevo periodismo junto a Tom Wolfe) recibió realmente una carta del dueño del motel, quien además fue testigo de un asesinato que no había revelado hasta ese momento.
Esta es la historia de cómo conoció al hombre de la carta, el lugar que albergó tantas historias y de cómo se involucró, profesionalmente, con él. Curiosidad es la palabra que nos persigue en cada página, más que por conocer las vivencias ocurridas en cada pieza del motel por entender las motivaciones y las complejidades del dueño, quien asume su tarea casi con una seriedad científica.
Editorial: Alfaguara.
Páginas: 224.
Precio: $12.000.
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Josue Gonzalez Ruiz
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