Labial rojo, tacones altos, hombros desnudos y poses sensuales marcan una incómoda línea entre la entrañable Eleven de Stranger Things (ST) y una muy fuera de tono Millie Bobby Brown. Pero el problema no es que una de nuestras estrellas favoritas crezca, sino que solo tiene 13 años de edad. El tema, que reventó luego de que una revista la incluyera en una lista de las estrellas más sexies de la televisión (aunque después se adujo que el sentido del término no era literal), ha puesto sobre la mesa un fenómeno que a la luz de los recientes escándalos de abuso que han cimbrado a Hollywood, resulta ser una de sus vetas más delicadas.
Fuerte contraste
Con un talento que evoca a Meryl Streep y un carisma semejante al de Tom Cruise, Millie llegó por todo. Luego de su éxito en ST, igual protagoniza campañas de marcas de lujo, que aparece en entrevistas.
Pero más de una vez lo ha hecho con atuendos y actitudes que, en el mejor de los casos, la “adultizan” y en el peor, la erotizan. El contraste entre las fotos que en su Instagram la muestran como la pequeña que aún es, y que al filmar su primer beso en pantalla gritó: “¡Besar es asqueroso!”, resulta apabullante.
Tal como lo dejó en claro el cineasta y escritor estadounidense Kenneth Anger, en su libro Hollywood Babylon, donde ventila los excesos y perversiones eróticas de la farándula, el sexo es una de las cartas ganadoras. Pero existe una gran diferencia entre una mujer hecha y derecha, como Kim Kardashian, que decide explotar su sensualidad asumiendo los riesgos, a una chiquilla que, víctima de intereses externos, y al igual que su personaje, queda atrapada en un mundo al revés. Qué ironía.
Sostenes por muñecas
Crecer a contratiempo es garantía de problemas. Ahí está Drew Barrymore. La chiquilla que nos cautivó en E.T., tuvo que asumir la vida como adulta desde muy temprana edad, y eso incluyó una sexualidad precoz. Según cuenta en su autobiografía Wild Flower, entre las adicciones, los papeles de mujer fácil que interpretó de adolescente, las portadas en Playboy y sus amores de una noche, acabó en un infierno que la llevarían a intentar suicidarse.
Su espíritu indómito la salvó, pero Drew ha sido solo una de tantas actrices infantiles sometidas a la presión de tener que comportarse como adultas. Contrario a los varones, a quienes se les retiene el mayor tiempo posible como niños (los amigos de Eleven en la serie, por ejemplo), las chicas suelen verse obligadas a dejar las muñecas y a desarrollar su lado sensual. Lo quisieron hacer con Emma Watson, pero por fortuna no lo lograron. Otro botón de muestra es la secuencia de It, en donde Beverly (que además es acosada por su padre) descansa en ropa interior a la orilla del lago, derrochando sensualidad ante los asombrados ojos de los otros niños, que no entienden lo que pasa.
El precio psicológico
Para Tarana Burke, activista y creadora del movimiento #MeToo, cuya marcha partió del Teatro Dolby como símbolo de protesta ante los escándalos de abuso sexual en Hollywood, es necesario señalar lo que ocurre en la industria del entretenimiento porque, querámoslo o no, marca pautas de comportamiento social. Así, vincular a una niña como Millie con simbolizaciones eróticas no solo es malo para ella; resulta grave a otros niveles, pues este tipo de mensajes estimulan ideas que alimentan, legitiman y hacen pasar por normal, una de las peores lacras: la pederastia.
Así, pues, ni “it girl”, ni “Sexy Eleven”, ni en el top de las más sensuales del mundo. Unámonos a las reacciones en las redes y así como amamos ST, también reprobemos lo que hacen con Millie. Dejemos que disfrute su infancia (o lo que le queda de ella) en paz.
La entrada Millie Bobby Brown, la niña que obligan a ser mujer aparece primero en Vanidades.
Josue Gonzalez Ruiz
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