Llegar a los Cotswolds es como entrar en un cuento de hadas, plena campiña inglesa, belleza impactante. Casas de la época medieval, preservadas tal cual, sus fachadas de una piedra caliza que van desde el amarillo, miel-dorado hasta la piedra blanca, con sus puertas bajas y escalones empedrados rodeados de coloridas flores. Caminos serpenteantes de un verde profundo, pero con interminables tonalidades, pastizales, pastos, lagos, ríos….ovejas, ovejas, ovejas.
La zona debe su nombre al Monte Cotswold y tuvo su auge en la edad media debido a sus preciadas lanas. Aquí se encuentran más de 50 pintorescos pueblos y aldeas, cada uno con una característica única, todos igualmente bellos.
Desde jardines reconocidos a nivel mundial como Bourton House Garden o Kifstsgate Court, por nombrar algunos, donde se puede disfrutar de un almuerzo o té inglés en sus hermosas terrazas, hasta parques temáticos para la familia como Cotswold Water Park, Birdland o, el más famoso, Cotswold Wildlife Park and Gardens donde se encuentran unos hermosos rinocerontes entre los más de 200 animales que habitan este impresionante lugar.
En los Cotswold puedes visitar los restos de una villa romana, Chedworth Roman Villa, recorrer lugares históricos, como el Palacio Blenheim donde nació Winston Churchill, pasear por las colinas en bicicleta, relajarte en un elegante spa de aguas termales y, por supuesto, disfrutar una cerveza en un pub medieval.
El pueblo que a mí me pareció más representativo de la maravilla que son los Cotswold es Bibury: comienza con la visión de estas casas de cuento, un hotel que no sólo es precioso sino que cuenta con un restaurant excelente y un etéreo tranque, rodeado de jardines y alegres patos que alborotan el lugar, en donde se encuentra el cultivo más antiguo de truchas de Inglaterra.
Imperdible, Bourton-on-the-water, la Venecia de los Cotswold, maravilloso pueblo que está, literalmente, sobre el agua y donde se pueden disfrutar los mejores fish and chips de la zona.
Cotswold es de una belleza tan extraordinaria y la cantidad de atracciones tan grande que, si bien, se puede realizar un paseo por el día, recomiendo pasar al menos dos y disfrutar también la experiencia de dormir en alguno de los muchos tipos de alojamientos disponibles, desde un Cottage de lujo hasta un Bed and Breakfast en una casa, de piedra caliza.
Helena Durán.
Colaboradora Internacional de Vanidades.
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Josue Gonzalez Ruiz
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