Uno de estos lugares es Holland Park en el corazón del elegante distrito de Kensigton y Chelsea, una zona residencial en West London. Pre y post guerras, conoció épocas gloriosas, pero después de ser bombardeada y prácticamente destruida en 1940, sus restos y los 2 kilómetros cuadrados de terreno quedaron en poder de la comuna quien los convirtió en un parque público.
Existen varias entradas a este parque, la de más fácil acceso está por High Street Kensington, mi favorita es la que llega por Abbotsbury Road, rodeada de magnificas casas victorianas y un estiloso parking de bicicletas de paseo.
Londres tiene muchísimas áreas verdes: jardines públicos y privados -como el de la película Notting Hill- plazas y parques. Lo que hace tan especial a este parque es su delicada combinación de cuidados jardines con bosque salvaje.
El jardín principal, varía cada primavera la temática de sus flores para deleite de quienes se sientan a leer, pintar, tomar un café o simplemente contemplar el lugar. Kyoto Garden, un jardín japonés, es un lugar de exquisito paisajismo que proyecta una armonía y tranquilidad que permanecen en uno por mucho rato. Imposible quedar indiferente a su encanto: una alegre cascada que se convierte en una quieta laguna rodeada de bonsáis y magníficos pavos reales que se pasean amistosamente.
El frondoso bosque, cuidadosamente descuidado, donde se cruzan las ardillas, palomas, variados pájaros y hasta unos pequeños zorros rojos que se dejan ver rara vez, contiene esculturas esparcidas como al azar, hortensias, lavandas, arbustos y árboles de todo tipo, es un espacio ideal para trotar o sólo caminar aspirando los aromas de la naturaleza, y relajando los sentidos a pocos metros de una de las calles más comerciales de la zona.
En primavera comienza en Londres la temporada de ópera y ballet y Holland Park tiene su propio anfiteatro en donde quedan los restos de una antigua terraza. Con cómodos asientos y excelente acústica este año se presenta, entre otros, Don Giovanni de Mozart. Quienes asisten, pueden llevar su propio aperitivo o disfrutar del restaurant y lounge ubicado dentro del anfiteatro previo o en el intervalo del espectáculo.
Donde se encontraba la sala de baile de verano de la mansión, queda una galería donde se ubica hoy un precioso y romántico restaurant, que parece sacado de un cuento otomano, y un espacio para eventos y exhibiciones con una vista soñada a los rosedales que florecen primorosamente a principio de la primavera y permanecen casi hasta que comienza el otoño.
Este parque público posee una enorme cancha donde se juega desde fútbol hasta cricket, un par de canchas de tenis, juegos para niños, una cafetería, espacios para pic-nic y también amplios y verdes prados y, durante el verano, se puede ver a los residentes locales tomando el sol, jugando ajedrez, leyendo un libro con una copa de vino, pintando, haciendo yoga, paseando a sus mascotas…en fin viviendo su parque.
Helena Durán.
Colaboradora Internacional de Vanidades.
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Josue Gonzalez Ruiz
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