Uno de los ejercicios que invito a mi clientes a hacer en algunos de mis programas, es identificar sus “no transables” o “factores de quiebre”, vale decir, las cosas que están dispuestas a tolerar en una relación y las que no. Y en general esto es algo que resulta bastante fácil para la mayoría de las personas. Sin embargo, una cosa es escribir este listado, y otra llevarlo a la práctica “en la cancha”.
Cuando ya estamos en una relación, puede ser muy difícil permanecer fiel a esta lista de “no transables”, y muy fácil terminar viviendo situaciones que simplemente no funcionan para nosotras, y encontrarnos negándolas, racionalizándolas y justificándolas. Y la razón es muy simple: una vez que descubres y declaras que un comportamiento o rasgo de tu nueva pareja es un factor de quiebre, por un lado está en juego tu bienestar, tu integridad y tu poder, y por otro tu relación. No es fácil enfrentarse a la posibilidad real de una pérdida inminente, y de un corazón roto cuando ya se ha creado un vínculo. De ahí la ambivalencia que sentimos una vez identificado un factor de quiebre en la realidad.
Cuando recibo en mi consulta a personas que están en esta situación, las ayudo a ver que su bienestar y su poder personal están en primer lugar, que su visión de amor realizado es la estrella que debe alumbrar su camino, que pasar por alto esos factores de quiebre sólo les causará perpetuar su sufrimiento, y que son sólo ellas las que tienen las llaves para hacer realidad sus mayores posibilidades en el amor.
Si estás en las primeras etapas de una nueva relación, o en una establecida, y enfrentándote con un factor de quiebre, hoy quiero compartir contigo algunas sugerencias para navegar este delicado tema:
1. Identifica tus tres primeros “no transables” o factores de quiebre en una relación: Esta lista es un trabajo permanente, no es estático. Tus factores de quiebre pueden cambiar a medida que tu relación se desarrolla. Lo que pensabas que sería un factor de quiebre puede llegar a serlo o no, y lo que nunca consideraste podría ser un problema puede llegar a serlo con el tiempo.
2. Cuando surja un factor de quiebre, reflexiona a conciencia: En el momento en que aparezca un problema en tu relación que te cause preocupación y sufrimiento, date el tiempo necesario para determinar si ese comportamiento o rasgo de esta persona es realmente un factor de quiebre o no. Mira el tema desde todos los ángulos, principalmente en relación a tus valores, necesidades y visión de vida. Sé objetiva y busca opiniones de personas que sean objetivas e imparciales.
3. A continuación, sé subjetiva: Puede que tú entiendas un problema, pero si en definitiva sigue causándote sufrimiento, y la otra persona no da muestras consistentes de cambio, no puedes obviar tus sentimientos. Tu compromiso es primero contigo, con tu bienestar y las mayores posibilidades de amor en tu vida. Puede que tú entiendas por qué tu pareja bebe en exceso cada vez que tiene un problema, pero tú puedes simplemente no estar dispuesta a vivir con las consecuencias emocionales y de convivencia que eso conlleva para ti. O puede que tú entiendas por qué tu pareja tiene arranques de ira y saber que eso no tiene nada que ver contigo en lo personal, pero realmente no estar dispuesta a vivir con el impacto que esa conducta genera en tu vida, en tu entorno y en las relaciones que comparten en general.
4. Honra tus factores de quiebre: No te disculpes por ellos. No hay factores de quiebre correctos o incorrectos. Sólo comportamientos y rasgos que funcionan o no funcionan para ti. El que otra persona pueda tolerar algo no significa que tu sí. Por eso, sé cautelosa con los consejos que recibas de tus cercanos. Cada relación es única, y tú sabes mejor que nadie lo que enriquece o no tu vida. Si has reflexionado a conciencia acerca de qué hace que esto sea un factor de quiebre para ti, de acuerdo a tus propios valores y necesidades, has hecho tu trabajo.
5. Actúa honrándote ti misma: Ten el valor de enfrentar la pérdida, de sentir la angustia, el dolor, la humillación, la decepción y el miedo. Busca ayuda si es necesario. Prepárate para alejarte si la otra persona no responde y no da muestras consistentes de cambio. Tú no la vas a obligar a hacer cambios, sólo a invitar al hacer de éste un punto de quiebre. No hay garantías de lo que ocurrirá. Pero cuando te honras a ti misma, cuando honras el compromiso con tu bienestar y lo que quieres crear en tu vida, mandas una señal poderosa al universo: “estoy participando en crear aquello que más profundamente deseo vivir en el amor y en mi vida”. Y el universo responde. Así funciona la co-creación. Puede que tu pareja responda y cambie. Y puede que la relación cambie y se fortalezca. Muchas relaciones se fortalecen a partir de un quiebre. Y si no puede salvarse, te habrás movido con integridad y habrás recuperado tu poder personal para crear aquello que realmente anhelas y estás comprometida a crear en tu vida.
Recuerda que la relación más importante que tienes, y la que impactará todas tus relaciones y las experiencias que tengas en tu vida, es la relación que tienes contigo.
Y si necesitas trabajar en esta importante relación, acá en “Llamar a Tu Amor®”, ¡estoy para apoyarte!
Verónica Freire
Coach de Relacionamiento
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Josue Gonzalez Ruiz
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