Hace casi 35 años que inició su carrera como modelo, y en ese entonces, por supuesto, no imaginaba el fenómeno mundial en el que se convertiría; es más, estamos seguras de que aquella joven de apenas 16 años de edad no nos hubiera creído al revelarle que, a sus 51, seguiría enfrente de las cámaras como toda una institución de la moda, conversando acerca de su carrera y de sus hijos, quienes, por cierto, siguen sus pasos en las pasarelas con el mismo temple que ella: Presley, de 18, y Kaia, que este mes cumple 16 y, en efecto, parece su clon.
Y en persona comprobamos que la bella maniquí es aún más linda a como la hemos visto en los miles de retratos para los que ha posado; sus 1.75 metros de estatura impondrían a cualquiera, pero la realidad es que su físico escultural se fusiona con una personalidad dulce y una tenacidad como pocas, pues la top soporta más de ocho horas de sesión de fotos sin siquiera bostezar. Y es que, ¿quién mejor para darnos una clase de resistencia y perseverancia que ella, quien ha aparecido en 600 portadas de publicaciones internacionales? Bueno, 601, con esta, en Vanidades.
La mujer de la sonrisa perfecta (que asegura le costó una década perfeccionar) nos contó acerca de su carrera, la maternidad y, en especial, los secretos para llegar a los 51 así de elegante, alegre y seductora.
¿Imaginaste que tu vida sería así?
Oh, no. Cuando empecé a modelar pensaba que lo iba a hacer solo por cinco años, y que después iba a conseguir un trabajo real. Entonces, cuando llegué a los 25, me dije: “Bueno, podría seguir haciendo esto un par de años más”, y así seguí. Y ahora me encuentro aquí, a mis 51, y aunque ya no modelo el mismo tipo de cosas ni realizo los trabajos que cuando tenía 18, 30 o 40, mi imagen sigue siendo retratada y continúo enfrente de la lente.
En ese entonces, ¿qué le hubieras respondido a alguien que previera así
tu futuro?
Hubiera dicho: “¡No tengo idea de lo que estás hablando!”. Nadie había hecho esto antes. Muchas de las mujeres de mi generación aún mantienen carreras hermosas, incluso Christie Brinkley, que es de una generación previa a la mía, sigue trabajando, pero cuando yo tenía 20 no había modelos de 50 años de edad. No tuve una hoja de ruta.
¿Qué sientes de que tu hija, Kaia, sea tan hermosa como tú? ¿No es como un déjà vu?
Siento que es muy emocionante para ella si quiere hacer una carrera como modelo. Aún es muy joven y ahora cree que está segura de lo que desea, pero en realidad puede ser muy duro estar en shows y todo eso. Creo que muchas veces, los adolescentes piensan que sus padres no saben nada, aunque, por fortuna, en modelaje Kaia está consciente de que yo puedo darle buenos consejos y opiniones, así que es increíble que tanto ella como mi hijo se dediquen a esto y podamos tener una conexión. Pueden pedirme cualquier sugerencia de moda porque saben que tengo experiencia.
¿Cómo ha cambiado tu definición de belleza con los años?
Siempre he dicho que hay dos tipos de belleza: la que es solo física, como un atardecer, una flor o Kaia, una mujer de 15 años floreciendo; y otro tipo de hermosura… una que descubro en las personas, y se relaciona con la confianza, la pasión. ¿Son interesantes? ¿Están emocionados? ¿Tienen algo que les apasiona? Para mí, eso también es belleza. Puedes ser una persona atractiva, pero si no eres feliz o no te entusiasma lo que haces… los demás te observan por un minuto y luego pierden interés en ti. Es necesario que exista algo más profundo.
A ti, ¿qué te hace sentir hermosa en este momento?
El peinado y el maquillaje. ¡No!, solo bromeo. Creo en la seguridad que surge a raíz de tener el trabajo hecho. Cuando has trabajado duro y has sido compensada por ello, tienes cierto tipo de éxito, y eso te da confianza. Conocerte a ti misma es una de las cosas más maravillosas resultante de envejecer y, con la edad, ya no te importa impresionar a los demás. Más bien, piensas: “Esta soy yo, tómalo o déjalo”. No de una manera cruel. Tan solo no me visto ni actúo para otras personas; no leo un libro porque alguien más quiere que lo haga, lo leo porque yo quiero hacerlo.
¿Cuál es tu rutina para verte increíble?
En definitiva el ejercicio, ha sido parte de mi vida desde que comencé en esta carrera. Mi rutina ha cambiado con los años; ahora practico caminata, me subo en la caminadora o bajo escaleras; hago mucho cardio para mantenerme saludable. También voy al gimnasio, a veces con entrenador y otras por mi cuenta. Los pilates me gustan. Por lo general, entreno tres días a la semana, una hora.
¿Extrañas las pasarelas?
No. Lo que siempre me divertía de los shows era estar entre bambalinas con todas las chicas, pero la verdad, los desfiles por sí mismos me ponían un poco nerviosa.
¿Cómo pasar de ser una modelo a una top?
Se trata de mucha suerte. Empieza con la lotería de la genética. ¿Eres lo suficientemente alta? ¿Retratas bien? Si no tienes eso, entonces no hay oportunidad para ti. Y luego de ser modelo, lo que importa son las relaciones con los fotógrafos; para mí, Herb Ritts fue uno muy importante, pues logró capturarme de cierta manera y amaba retratarme, así que hicimos un gran par, encajamos muy bien. Por otro lado, suelo decir que lo esencial es trabajar duro y estar en todo momento preparada; el consejo que les doy a mis hijos es ser puntuales, no estar pegados al teléfono, estudiar al fotógrafo desde antes para saber qué es lo que te va a pedir, o al menos para tener el mismo ritmo que él. Es decir, si a él le gustan las fotos saltando y sonriendo, prepárate para saltar y sonreír… Pienso que sí, esforzarse es vital, pero también mucho de esta carrera se debe a la suerte.
Has dicho que llegar a la edad de los 50 te aterró un poco. ¿Cómo superaste ese miedo a envejecer?
La verdad es que todavía no lo he superado. Creo que para las mujeres, sobre todo, 50 es un número grande, y estoy segura de que mis amigos mayores me dirán: “Oh, tan solo espera a los 60, son peores”. La manera en la que he vivido esta etapa es como un tiempo para reflexionar, mirar hacia el pasado y reconocer mis logros. Ha sido un gran ejercicio. Después de percibir ese momento, los 50 años ya resultan más sencillos, ¡pero apuesto a que cuando llegue a los 60 me volveré a asustar!
¿Cuál es el secreto para una relación feliz, como la tuya con Rande Gerber desde hace casi dos décadas?
Es importante que cuando se conozcan haya química, mas lo que hace que un matrimonio dure es respetar las opiniones del otro y no pelear bajo. No insultamos ni nos tiramos latas ni sartenes, y aun cuando no estamos de acuerdo con algo, somos capaces de ser un tanto racionales respecto de cómo resolver el problema, y sabemos admitir que nos equivocamos. Pienso que eso es enorme: tener la voluntad de reconocer que estuvimos mal. Rande me complementa de tantas maneras; él es mucho más fácil de tratar, respeto su mente y su opinión, es muy seguro de sí mismo… eso me parece muy atractivo. Me hace sentir segura cuando estoy a su lado.
¿Cómo describirías tu vida?
Mi definición tendría que estar relacionada con la familia, también incluyo en ese concepto a las personas que tú eliges volver tu núcleo familiar. Se trata de hacer de eso una prioridad y, de esa manera, todo lo demás se acomodará.
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Josue Gonzalez Ruiz
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